martes, 22 de septiembre de 2009

La historia de Aimee - Aimee Montgomery

He sido una jaladora por los últimos 13 años, no pueod recordar un día que no haya jalado o haya tenido el impulso. Durante un embarazo traté fuertemente de parar pero el pensamientos siempre estaba ahí. Eventualmente caía y jalaba como loca. Después de años de desesperación, tomé medidas desesperadas. Le hablé a mi mamá, le pedí que agendara una cita para una peluca y asistí. Encontré una peluca que se veía bien y la compré. Después, manejé directametne a mi casa y me paré al lado de la tina de baño y me rasuré la cabeza completamente. Mi pensamiento era que para el tiempo que mi cabello creciera de nuevo el hábito ya estaría roto. Comencé a jalar en cuanto pudiera agarrar mi cabello. Me rasuré la cabeza por todo un año! Después de darme cuenta que esto iba ser algo con loq ue probablemente viviera toda mi vida traté de de considerar un último esfuerzo: contraté un acupunturista, sin suerte alguna. Me sentí aún más triste que antes. Tenía un hijo que jalaba mi peluca y me decía que mamá es fea (los niños son brutalmente honestos!!) Esto era algo que iba a vencer aunque me matara!

Pasé semanas en el ineternet; quería encontrar una medicina alternativa para no vivir en un estado de zombie por siempre. Encontré un hipnotista que me agendó una cita de fin de semana, mi esposo que es la persona que más me apoya en mi vida me deseó lo mejor y cuidó a los niños mientras yo me fui con una esperanza casi inalcanzable. Estaba nerviosa; cualquier persona a la que le decía mi pequeño secreto tenía un conocimiento que yo no debía compartir. Salí de esa cita hace como 5 meses y no he jalado ni una sola vez, he tenido un impulso de jalar pero te dan una palabra para que te imagines cuando eso sucede y el impulso pasa. Ahora tengo una cabeza llena de cabello, y he tenido dos cortes de cabello profesionales!

Siempre voy a considerarme una persona que jala cabello, y espero seguir teniendo este maravilloso éxito que compartir con los demás. Estaré feliz de hablar personalmente para hablar con quien sea y contestar cualquier pregunta que puedas tener. Nunca he estado más feliz y deseo a todo mundo el éxito que yo he encontrado. Somos personas especiales que nos han dado un obstáculo extra que sobrepasar y ahora parece posible hacerlo!

Aimee Montgomery

Esta es la página para el hipnotista de Aimee: www.innerselfcenter.com

La historia de Millie - Millie Mason

Hola. Mi nombre es Millie Mason y me gustaría compartir esta parte de mi vida contigo porque te amo y creo que Dios no nos puso en este mundo para ver a los demás sufrir, si no que nos puso aquí para amarnos unos a los otros y ayudarnos.

La gente me consideraría bastante ordinaria. Soy una mujer de 38 (casi 39) años y he estado casada por 20 (casi 21) años. Soy una madre trabajadora, tengo dos hijos hermosos, hombre y mujer. Mi hija está casada a un joven precioso, que es una bendición para nuestra familia, y estamos esperando felizmente que llegue un nuevo niteo. Disfruto de tejer, pintar, dibujar, cocinar, bordar, cantar, escribir letra de canciones religiosas, estudiar la biblia, flores, etc. Sin embargo, hay una cosa sobre mí que la gente no consideraría ordinaria. Tengo un desorden de control de impulsos conocido como Tricotilomanía, o mejor dicho, solía arrancarme el cabello. Por favor nota que dije "solía".

Cuántas veces hemos escuchado las palabras "No existe una cura para el jalado de cabello compulsivo"? Estoy escribiendo esto el día de hoy para decirte que no es verdad. La pregunta no es "cuál" es la cura para el jalado de de cabello compulsivo, la pregunta es "quién" es la cura.

Actualmente llevo 325 días sin jalarme el cabello. Durante los últimos 325 días no me he jalado ningún cabello de mi cuero cabelludo. Cómo estoy peleando esta batalla?

La fuerza para pelear esta batalla proviene de Una Fuente Principal. Mi fuerza proviene de Una Cura. Esta Fuente, esta Cura usa muchas otras herramientas para ayudarme y también me gustaría compartir algo de esto contigo, pero por ahora, sólo voy a contestar las preguntas, "Quién es la cura para la tricotilomanía?" "Cómo estoy peleando esta batalla?" La respuesta, Jesucristo es la Cura. Jesucristo es la Única Fuente Principal. Jesucristo es mi fuerza para pelear esta batalla.

Durante años las palabras de Isaías 53:5 han sido repetidas una y otra vez dentro de mi corazón. "Y gracias a sus heridas fuimos sanados." (Con Sus heridas, no mis heridas.) Cuando comencé a pelear la batalla de la tricotilomanía, Dios me enseño que yo no podía hacerlo sola, ni lo podía hacerlo con mi propia fuerza, entonces fui con quien sus heridas me sanaría. Fui hacia el Señor y le pedí ayuda y le mostré la tricotilomanía a sus pies. Me doy cuenta que dejar la tricotilomanía ante los pies del Señor algo difícil de aceptar, pero esto es lo que el Señor me guió a hacer y esto es lo que he hecho. Cuando le dejé la tricotilomanía, Cristo la levantó y la cargó por mí. Yo creo hasta hoy en día, Él continúa cargándola y continúa sanándome de este desorden.

Romanos 8:28

Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. Esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. La Palabra de Dios nos dice que todas las cosas trabajan juntas para el bien de todos los que aman a Dios y a "todas las cosas" incluye la tricotilomanía. El Señor me mostró que si la tricotilomanía estaba en mi vida, es porque Él tuvo un propósito para ella y saldría un bien de ella. Tricotilomanía se ha convertido en mi amiga. Ahora veo la bendición dentro de ella. Una vez que puse la tricotilomanía al pie de Cristo, Él la uso como una herramienta para darle un orden a mi vida, para ayudarme a lidiar con mis problemas de mi pasado y ayudarme a aprender cómo perdonar.

Durante el verano del 2001, mi espoo y yo estábamos viendo un documental en la televisión. El programa comenzó a hablar de conductas bizarras. Empezaron a discutir la tricotilomanía. No me puse feliz de que la tricotilomanía estaba siendo clasificada como una conducta bizarra, pero mientras el documental continuaba, mi esposo y yo estábamos pegados al televisor y al caso de estudio. Por la primera vez en mi vida estaba viendo una persona que estaba sufriendo con el mismo desorden que yo sabía que tenía. (Yo sé que el Señor mandó a esta dama preciosa en este documental, Laura, a mi vida y desde entonces he tenido la bendición y el privilegio de corresponderme con ella.)

Mientras veía el documental, había palabras que esta dama usaba para describir su lucha con la tricotilomanía. Muchas de sus palabras, podrían haber sido mis palabras. Podía relacionarme tan bien a todo lo que se estaba diciendo y eso fue lo que me convenció todavía más que sufría de tricotilomanía. A partir de ese momento, supe que quería mejorar. Le recé al Señor por Su voluntad, Su fuerta y Su guía y empecé a caminar el camino de la tricotilomanía.

comencé a buscar información en el internet hasta que encontré un grupo de apoyo en linea, lleno de gente maravillosa que entendían exáctamente por lo que estaba pasando. (La página de Brenda C) Fue ahí que aprendí muchas de las herramientas para luchar contra la tricotilomanía.

Cuando comencé a luchar contra la tricotilomanía, con el Señor guiando el camino, comencé a disecar mis tiradas de cabello y traté de encontrar el por qué estaba en mi vida. La palabra de Dios me dijo que Él la usaría para mi bien, así que quería encontrar lo bueno. A través del tiempo, investigando mi propia vida, hablando sobre mis problemas y tratando de resolverlos, el Señor me enseñó que la tricotilomanía era una herramienta de comodidad y para sobrellevar mi situación. Necesitaba recargarme en Cristo para el confort y ayudarme a sobrevellar y no recargarme en la tricotilomanía. Cuando me jalaba el cabello, no pensaba en nada más que jalar mi cabello, el tamaño de la raíz cuando salía, si el cabello quemaría cuando saliera, etc. Me escaparía de la realidad totalmente, todos mis problemas, etc. cuando me enfocaba en mi cabello, entraba en un trance y jalar el cabello. Cuando jalaba, nada más existía más que el cabello que estaba tratando de jalar. No tenía que enfrentarme a nada más que a ese único cabello.

Hubo momentos que me jalé el cabello porque me sentía triste y necesitaba algo que me hiciera sentir mejor. Hubo otros momentos que estaba contenta y necesitaba relajarme y la tricotilomanía se convirtió en mi calmante. Jalarme el cabello era mi amigo. Me recargaba en él. Lo necesitaba en mi vida para ayudarme a sobrellevarlo. El Señor me mostró que necesitaba darle la tricotilomanía a Él. Y entonces seriá Él quien me ayudaría a a sobrellevar mis altas y bajas. Él me dio la fuerza que necesitaba para enfrentarme a la vida y manejar mis problemas. De repente, ya no necesitaba jalar el cabello como lo necesitaba en el pasado. Comencé a aprender nuevas conductas y comencé a reemplazar las cosas negativas y dañinas en mi vida con cosas buenas y positivas.

Al inicio, fue muy duro. Estaba dejando a un amigo en quien me había apoyadoy dependido por más de 29 años. Pasé por una etapa que fue muy similar al síndrome de abstinencia de las drogas. Lloré. Temblé. Estaba extremamente nerviosa. Tenía sueños vívidos, etc. Mi esposo me tomaba de las manos mientras me dormía en la noche, para que yo no pudiera ponerlas en mi cabello. Finalmente comencé a dormir con pelotas Koosh en mis manos. En un inicio, las agarraba durante toda la noche, pero mientras el tiempo pasó, las comencé a tirar, hasta que al final, ya no las necestiaba para nada. (Sí, Dios puede trabajar incluso a través de una pelota Koosh.) Una vez que, por la fuerza del Señor, superé mi periodo de abstinencia, las cosas fueron mucho más sencillas.

Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Mientras batallaba contra la tricotilomanía me aferré a Dios y en la línea telefónica de un grupo de apoyo que yo sentía que Él estaba usando para ayudarme. He sido bendecida de conocer mucha gente maravillosa que ha sido un regalo precioso de Dios conocer y hacerme amiga de ellas. Qué regalo tan maravilloso fue darme cuenta que no estaba sola, que no estaba loca y que millones de personas perfectamente normales tienen tricotilomanía también. Me he alegrado mucho en el saber que el Señor me ha guiado a amigos que me cuidan y que entienden exáctamente por lo que yo estoy pasando.

Mientras investigaba el por qué me jalaba el cabello, el Señor usó la tricotilomanía para revelarme dolores, heridas, problemas, etc. del pasado con los cuales necesitaba lidiar. Volteé a mi ver mi pasado al tiempo en el que comencé a jalar el cabello y examiné mi vida, vi que un patrón evolucionó. Tuve que regresar a mi infancia. Regresé a la escuela primaria, al tiempo justo antes de que comencé a jalar. Primero nos mudamos de la colonia en donde había vivido desde que había nacido, dejé a todos mis amigos atrás. Mi precioso abuelo murió y después un tío. Algunos chicos de la preparatoria local en donde mi papá era el director terrorizaban nuestra casa a mitad de la noche, tirando botellas a través de la ventana. (Este incidente me terrorizó tanto que tuve que dormir con la luz de mi cuarto prendida hasta que me fui de la casa para casarme.) Continuamente recibíamos llamadas de broma. Cuando llegué a cuarto año me pusieron en una clase en donde mi mamá era la maestra. Los otros maestros esperaban que yo fuera perfecta y algunas veces se olvidaban que yo era una niña. Los otros niños pensaban que yo era la preferia de los profesores y me tormentaban y ridiulizaban. Me esforzaba tanto para mis calificaciones, pero los otros niños siempre pensaron que me las regalaban. Desfortunadamente, a muy pocos niños les cae bien el hijo de la maestra. Todos estos eventos me llevaron a comenzar a jalar a la edad de 9 años.

Al principio, el hecho de que jalara mi cabello no era un problema grande. No causaba ningún daño que se notara, pero conforme los eventos de mi vida empeoraron, las tiradas de cabello empeoraron. Cuando llegué a la secundaria, los miembros de mi familia discutían con frecuencia y yo no sabía por qué. Cuando comencé la prepa aprendí los motivos de las discusiones y quedé devastada. Para mí, la vida perfecta en la casa, que yo pensé tenía, quedó arruinada. (Alaba a Dios, desde entonces ha intervenido en esta situación.) Fue durante ese tiempo devastante que comencé a jalar tanto que comencé a causar pérdida de cabello en mi cuero cabelludo. Este patrón de jalar continúo hasta mi vida adulta cuando mi esposo y yo teníamos problemas (Dios también intervino en esta situación) y durante cualquier periodo que estuviera estresada, enojada o teniendo problemas, hasta el vernao pasado cuando mi esposo y yo vimos el documental sobre la tricotilomanía en la televisón. Si ves mi vida es obvio que durante los momentos dolororos/estresantes las tiradas incrementan y mientras tiempo más felices/pacíficos decrementa. El Señor me reveló este patrón.

Esta situación también puede ser difícil para mi familia y para mis amigos a quienes le preocupa la persona que sufre de tricotilomanía. Para los demás, el problema es la jalada de cabello y la pérdida de cabello, entonces se van a enfocar en eso, cuando en verdad se deben de enfocar en el motivo de las tiradas. Siento que las tiradas es una manifestación externa de un dolor interno o problema que debe de corregirse.

Hoy, sé que debo efrentarme a la vida y con la guianza del Señor, "Yo puedo!" No puedo dejar nada en la olla lenta a que se cueza, como nosotros decimos en Virginia del Oeste. Cuando tengo un problema o una dificultad, sé que primero tengo que llevárselo al Señor, preguntarle a Él por su Guía y después necesito hablar del problema. Si tengo un problema con alguien, entonces voy hacia ellos y lo hablo inmediatamente. Haciendo estas cosas, me deshago de la necesidad de jalar.

Recientemente mi preciosa abuela murió Normalmente algo como esto me hubiera llevado directamente a la calvicie, pero esta vez no. En esta ocasión, con al fuerza de Dios, me enfrenté al tremendo dolor y no jalé ni un solo cabello.

Cosa que sugiero para ayudar a luchar contra la tricotilomanía son:
  • Poner la tricotilomanía ante los pies del Señor. Déjala ahí y no la recojas otra vez.
  • Mantén la motivación. (Mantenerse en contacto con mi grupo de apoyo en linea, escribiendo y leyendo lo que la otra gente dice e investigando sobre la tricotilomanía me ayuda a hacerlo.)
  • Mantén arriba la conciencia. (Observa cuando estás jalando, por qué estás jalando y cuánto ya has jalado.)
  • Comienza poniendo metas pequeñas. (1 hora, 1 día, después 2 días, 3 días, una semana etc.)
  • Reemplaza conductas negativas con positivas. (Pasa el tiempo que estabas usando para jalr para hacer algo bueno para alguien más.)
  • Permite al Señor ayudarte a enfrentar y manejar todos tus problemas. (No permitas que nada se cueza.)
  • Relájate (Trata con el stress y quítatelo del camino. Sé bueno/a contigo mismo/a)
  • Examina/diseca tu vida entera y ve cuándo, dónde y posiblemente por qué comenzó tu tricotilomanía.
  • Estudia tricotilomanía y aprende todo lo que puedas sobre ella. (Tratamientos posibles, curas etc.)
  • Revisa la terapia conductual y cognitiva y fíjate si son algo de las cuáles tú pudieras beneficiarte. (No todo es para todas las personas.)
  • Quítale el astigmatismo a la tricotilomanía. Date cuenta que lo tienes que y que no tienes nada de qué avergonzarte. Tú no has hecho nada mal.
  • Al contrario de enfocarte en las tiradas de cabello, puedes querer ver si tienes un centro, una fuente, un inicio de tiradas que enfocar.
Otra herramienta que he encontrado funciona es repetir estas afirmaciones diariamente.
  • "Solía jalar mi cabello, pero eso eso es una cosa de mi pasado."
  • "Hoy es aquí y esto es ahora, y hoy, ya no me jalo el cabello."
  • "Jalar el cabello es algo que algo que ya no puedo hacer más." "No lo puedo hacer."
  • "Puedo tener un impulso de jalar el cabello y no puedo hacer nada respecto a eso, pero puedo controlar cómo resopndo a ese impulso."
  • "Puedo responder a un impulso diciendo que NO!" "No tengo que decir que SÍ!"
  • "Esta es mi mano, que Dios creó para hacer el bien." "Yo la tengo bajo control y no tengo que permitirla subir hasta mi cabello, a jalar mi cabello, sólo porque el impulso me dice que lo haga." "Mi mano seguirá a Dios y no a un impulso."
Cada uno de nosotros representa un papel significante en este mundo y fue creado por Dios con un propósito. El Señor nos ama mucho y todos tenemos una rol importante que jugar. Lo que nosotros queremos, lo que Dios quiere, con quien queremos estar y con quien Dios quiere que estemos importa. Cada uno de nosotros es importante. Si queremos librarnos de jalar el cabello y si queremos cabezas llenas de cabello. Si estos son nuestros deseos, entonces debemos de tenerlos. La única manera en la que yo siento que puedo obtener estas cosas es permitirle a Dios que me ayude a darme un regalo. El regalo en el que continuamente trabajo para darme es un "un presente libre de tiradas" envuelto en moños de cabello.

La tricotilomanía era una reacción subsonsciente a los problemas/stress/eventos negativos en mi vida. Ahora quiero que todos las conductas en mi vida sean acciones que se basen en la conciencia que he decidido para mí, y no sólo la reacción a algo negativo.

Siempre he tenido un pequeño lema que me mantiene mejorando, "Si quieres dejar de jalar el cabello, entonces sólo hazlo!" Algunas personas van a decir que es más fácil decirlo que hacerlo, pero entonces, Dios está en nuestro lado, entonces eso hace las cosas muy fáciles. Me he jalado el cabello por más de 29 años y con la fuerza de Dios, estoy 100% librada de jalar el cabello. Tengo la mayor cantidad de cabello que jamás he tenido, sin pedazos calvos. Y cualquier cosa que Dios ha hecho para mí, lo va a hacer para ti también. Tú también puedes librarte de jalar.

Como dije en el inicio, porque te amo, quiero compartirte esta parte de mi vida contigo. Quiero ayudarte a terminar con tu sufrimiento y quiero ser tu herramienta de Cristo y una bendición en tu vida, pero también quisiera mandar una advertencia para quien sea que está intentando librararse de jalar. Antes que intentes dejar de jalar, intenta encontrar el por qué estás jalando o qué pudo lo haber causado. Yo me apoyé en la tricotilomanía por más de 29 años y antes que pudiera dejar de jalar; mi necesidad por la que jalaba/mi motivo por el que jalaba tenía que ser retirado de mi vida. El Señor me enseñó y me mostró muchas cosas, por las cuales yo estoy muy agradecida, antes que la necesidad de jalar me abandonó. Tómalo pequeño paso a pequeño paso, un día a la vez, reconoce de dónde inicia la necesidad y en tu tiempo y en el tiempo de Dios, vas a estar sin jalar también.

Mi amor y mis oraciones están con todos ustedes!

Tu amiga en Cristo,

Millie Mason
millejc en hotmail punto com

lunes, 7 de septiembre de 2009

La historia de Sarah - Sarah Wynne

No hay oxígeno en el aire, me estoy sofocando mientras mi sangre sangra azul,
Vertiendo fuera de mí incontrolablemente en el papel frente a ti.
Permanentemente tensa para que todo mundo vea,
Los ojos qué más miedo me causan son sólo los míos.
Mi admirable cara esconde tantas lágrimas,
He mantenido captivo a mi corazón por tantos años.
La pesadilla que es mi vida debe trasponerse dentro de mi influyente sueño,
Lo puedo enmendar en la costura con mi pluma y papel.
Tan doloroso es poner tu secreto en la luz,
Pero con esperanza y conocimiento todo parece estar bien.
Sabía que mi corazón haría que la poesía fluyera una vez más, sabía que este día llegaría,
Por años el flujo fue una inundación y estuve huyendo.
Aún hoy en día en la persecución de mi vida, pero nunca para ser la presa.
Ahora respondíendole a lo que atacaba a mi inocencia cada día.
Siempre voy a apreciar la libertad después de ser mi propia prisionera durante tanto tiempo,
Lo que me contenía ahora me define el inicio de una nueva canción.


Sarah Wynne
sewynne@embarqmail.com
(919) 235-8373
Wilmington, North Carolina

jueves, 27 de agosto de 2009

Mi Hazaña Más Grande - Edith

Si me preguntas cuál es mi hazaña más grande, no voy a vacilar en contarte que es dejar de jalar mi cabello. Mi nombre es Edith, tengo 21 años, y actualmente estoy al final de un larguísimo y difícil viaje personal que me ha puesto en un punto en el cual ya no quiero regresar. Sé cómo es todo esto, soy una veterana. He jalado por 11 años; tenia la tricotilomanía más severa, llamada tricofagia, cuando te comes tu propio cabello. Me daban dolores de estómago terribles, una cabeza totalmente calva. Creo que intenté dejarlo en 50 ocasiones. Intenté de todo desde el método elástico, pasando por forzarme a hacer flexiones de brazos, hasta todo lo que te puedas imaginar. En un punto me rasuré la cabeza a ras de piel todos los días para ir a la escuela. Los otros niños me llamaban la niña cancer. Debo de haber comprado más de 100 tubos de rimel en mi vida. Creo que no necesito dar más detalles, estoy segura que muchos de ustedes ha "estado ahí y hecho lo mismo".

Comencé a ver a un terapeuta hace 3 años. La cosa más difícil para mí fue haber ido al hospital y decirles a los doctores qué es loq ue estaba mal conmigo. En Canadá, sólo puedes ver gratis a un terapeuta si te diagnostica un médico general. Puedes imaginarte que los doctores rara vez ven casos de trico. Me sentí muy avergonzada de decirles que me jalaba el cabello. Comencé a llorar frente a los doctores, fue muy desgastante emocionalmente. No voy a olvidar nunca cuánto me ayudó a superar esto mi amiga Ferry. Esperamos en el hospital por horas. Realmente me forzó a ir al hospital; ella sabe que nunca hubiera ido por mí misma. Estoy agradecida eternamente con ella. Puedo decir que ese punto es cuando realmente comencé a curarme.

Viajaba en autobús durante 3 horas cada viernes para ver a mi doctor por 50 minutos. Lo odiaba al inicio. Daba la impresión de que siempre estaba viendo su reloj. No quería hablar de mi pasado, de mis dolores o de mis padres. Era muy floja para enfrentarme a mí misma y muy orgullosa para admitir mis debilidades. Siempre llegaba tarde a las citas. Falté a la mita dde ellas. La dejé de ver porque no estaba llendo a ningún lado, y porque me iba a ir a San Francisco a pasar el verano. ¡Qué verano! Tuve algunos de los mejores momentos de mi vida, trabajando y saliendo bastante. La gente en San francisco son tan abiertas. Sentí como si mi enfermedad era nada, como si no era nada importante. Fue también un paso importante en mi proceso de curación.

También tuve mi primera relación gay con una mujer increible. Ella me ayudó tanto como mi terapeuta, y estoy totalmente agradecida con ella. Al final del verano, ya tenía el cabello normal, la primera vez en 10 años que eso sucedía. También corrí un maratón ese otoño, y cuando lo recuredo, me doy cuenta que también fue un paso sumamente importante. Sin embargo, tuve que regresar a Canadá a terminar mi universidad, y justo cuando comencé la escuela y el baloncesto, comencé a jalar de nuevo, más que nunca. De regreso a los mismos viejos patrones, estaba realmente deprimida. Habiá probado lo que era estar libre de eso, y era muy difícil regresar.

En mi último año de la carrera, atravesé por un periodo muy intenso emocionalmente. Lloraba todo el tiempo. No puedo decir que era depresión, porque funcionaba correctamente. Creo que estaba haciendo un proceso de limpia muy serio. Fue una de las partes más difíciles de mi curación. Una buena analogía sería la siguiente; supón que te mudas de tu casa y tienes que vaciarla completamente. Te das cuenta un día que hay un cuarto completamente lleno que nunca habías visto antes, la mayoría de su contenido está muy sucio y pegajoso. Conforme vas quitando las cosas sucias, te das cuenta que el cuarto está infectado de algún germen peligroso, y la única forma que puedes limpiarlo es vaciarlo completamente y de hecho desarmarlo, cada pedazo de madera, cada clavo, hasta que ya no haya infección. Después de limpiar todo el cuarto, y toda la casa, te das cuenta que la infección realmente estaba en toda la casa, pero muy escondida. Observas tu casa y te das cuenta de la cantidad de trabajo que todavía se tiene que hacer. Puedes sentarte ahí y jalar tu cabello, o puedes remangarte la blusa y ponerte a trabajar, que es lo que yo hice.

Llamé a mi doctora y comencé a verla de nuevo. Estaba mucho más lista. Fui por mi propia cuenta; deseaba que ya fuera tiemop de mis sesiones. Progresé mucho en esos 4-5 meses en que la estuve viendo. Estaba mucho más abierta a ayudarme, lo cual hizo su trabajo más sencillo, y la cosa completa fue mucho más fácil para nosotras dos. Tuve que detener la terapia porque fui a San Francisco de nuevo. Desafortunadamente, las cosas no funcionaron con mi novia, eché a perder la relación, y ya tenía otra novia. Estaba todavía enamorada de ella, y fue un verano muy difícil. También me robaron mi violín, así como mis dos bicicletas. Mi hermano también estaba pasando el verano en San Francisco y también la estaba pasando mal. Un día mientras estabamos juntos decidimos tomar nuestra vida en nuestras propias manos. Él detendría su hábito de comerse las uñas y yo pararía de jarlarme el cabello. Fue una decisión. No hubo excusas. Y aunque había sido aceptada a la escuela de Derecho para septiembre, lo demoré un poco. Arreglé mis prioridades y decidí que no iría a la escuela de derecho antes de parar de jalar.

Mi hermano y yo inventamos el método de 21 días. Es muy sencillo pero sumamente eficiente. Empezamos el primero de Julio, nos dimos 21 días antes de dejarlo completamente. Entonces, el 21 de julio nos detendríamos completamente. Sin embargo, esos 21 días debían de usarse propiamente; cada vez qeu te jalas el cabello, te recuerdas a ti misma que te faltan X número de días, y te debes de estar atenta a los motivos por los cuales lo estás jalando, hablar a alguien de eso, sentir la tensión en tu cuerpo justo antes de que lo jalas y aprendes a sentir y corretear esa tensión. Estar consciente que te estás autodestruyendo, que no te estás respetando. Nadie más está jalando; observa dentro de ti para ver los motivos de tu stress. ¡Siente cuánto control tienes sobre tu cuerpo, sobre tus manos y tu tensión, sobre tu vida! Es una decisión que tomé, dejaría de jalar, y me metí con una determinación fuerte, una actitud realmente positiva y con total confianza que iba a lograrlo.

Después de los 21 días, dejé definitivamente de jalarme el cabello y no he vuelto a comenzar desde entonces. Fui a Europa durante 3 meses, en donde me dije a mí misma que el único propósito de ir en mi viaje era para trabajar en mis tiradas de cabello y en mí misma. Hablé con muchas personas allá, les conté sobre mi problema, y entre más hablaba de él, lo más que me iba abandonando. Era como si hblar de ello me ayudaba a comprenderlo, y cada día, ha estado menos presente que el día anterior. Aunque no puedo decir que fue fácil. Algunos días, cuando sentía ganas de jalar, tenía que concentrarme en eso durante todo el día. Era como un juego de paciencia entre la trico y yo. Nos sentábamos ahí esperando quién tenía la mayor paciencia, fuerza y determinación. Siempre gané yo. Algunas veces me cansaba demasiado, pero aún así ganaba. Caminé mucho, en Francia y en Italia, me relajé mucho, pensé mucho. Me liberé de mucha presión que tenía sobre mí. Comencé a no ser tan dura conmigo misma, ni con la demás gente, y eso también marcó una diferencia muy grande.

Un día me percaté que la batalla había sido ganada, el enemigo dentro de mí ya no era más que una pesadilla, mi cabello estaba hermoso, me sentía hermosa, y regresé a casa. Han sido 121 días, exáctamente 4 meses, y mi cabello luce genial. Comenzaré la carrera de derecho en un mes, y estoy realmente motivada. Cada día me despierto y agradezco a la vida por darme la fuerza que tengo. Estoy agradecida de haber tenido esta enfermedad; me dió la oportunidad de juntar fuerza y paciencia. Todavía pienso en mí como una trichster, y simpatizo enormemente con todos ellos, porque pienso que una vez que se es trichster, se es trichster por siempre. Todavía tengo impulsos, pero ya son muy sencillos de controlar. El simple hecho de que lo he logrado detener por 4 meses es suficienteme para prevenirme de jalar de nuevo. Lo que he aprendido de esta experiencia es que cosas increibles se logran una vez que empiezas a creer. No sólo creer, saber que tú puedes hacerlo, sí lo quieres lo suficiente.

sábado, 22 de agosto de 2009

Una nota sobre la tricotilomanía - Christina McCoy

Tengo algo llamado tricotilomanía, y por siete años he estado jalando el cabello de mi cabeza al punto de quitarmelo. Mi travesía personal con la trico es larga y detallada. He ido a seis reitros del Centro de Enseñanza de Tricotilomanía (al cual le debo muchas, muchas gracias por ayudarme aceptar, y al mismo tiempo retar, mi trico), he buscado la ayuda de hipnoterapistas, psiquiatras y especialistas de biofeedback, he usado una peluca y subsecuentemente destruido mi peluca por jalar de ella. Por la mayor parte del tiempo cuando me jalaba el pelo, usaba un paleacate en mi cabeza todos los días. De hecho, hay muchas personas en mi vida que no me conocen sin un paleacate.

Después de mudarme a Austin, Texas, comencé a ver a un psicólogo caro pero efectivo. Pronto después de haber comenzado la terapia, me prohibió (me lo sugirió amablemente) usar el paleacate. Decidí, con su ayuda, que el paleacate se había convertido en una muleta, que seguiría jalando con la misma frecuencia o con más y después tiraría el paleacate en mi cabeza como si nada hubiera pasado. Me vi forzada a tomar en consideración mi apariencia externa, y me di cuenta que verme en mal estado hacía sentirme mal también. Quité triunfalmente el paleacate, y mi autoestima y determinación crecieron. Comencé a tomar nota de cuando jalaba, pelo por pelo, y comencé a tratar la trico como una adicción (un modelo que siempre había sospechado sea de valor). Gracias a una terapia necesaria de amor duro que dice las cosas como son, decidí que mientras me jalaba el pelo no podía ser Christina; que la Christina que siempre había querido ser no era la que se escondía detrás de un paleacate, avergonzada secretamente de algo que se había convertido en algo más que un hábito.

Desde que vivo en Asutin, he revitalizado un grupo de apoyo local para los jaladores de cabello y picadores de piel. Somos un grupo de mujeres fuertes y maravillosas que nos encontramos cada semana para hablar de lo que podemos hacer para transformar nuestras vidas en algo más manejable y como podemos llegar a otros jaladores en Austin. Con la ayuda de algunos facilitadores hemos logrado crear una comunidad unida en la cual siempre podemos depender en el otro para amor y responsabilidad. Le doy mucho crédito de mi éxito actual a estas mujeres y su apoyo.

Llevo ya siete meses sin jalar. Esto es el mayor tiempo que he logrado estar sin jalar mi cabello, y parece nada a los siete meses que me lo he jalado. Tengo ya una cabeza hermosa llena de cabello rizado que me recuerda diariamente de lo asombroso que ha sido mi progreso. Todavía estoy tomando las cosas día a día, pero me despierto cada mañana ante una nueva oportunidad de enseñarle al mundo quién soy yo y qué es lo que represento. Desafortunadamente, se sabe poco de este desorden y se discute poco entre la comunidad científica. La industria de la belleza nos enseña que tenemos que tener el cabello perfecto y nos vende productos para lograrlo. Como mujer, la pérdida de caello es algo vergonzoso y parece que detrae de nuestra feminidad. La trico no sólo es difícil de hablar con alguien pero a veces es más difícil aceptarla.

Entonces salgo del closet. Tengo tricotilomanía. Yo soy trictotilomanía. Es muy probalbe que conozcas a alguien que tambi´ne lo sea. Es tiempo de que nostros como comunidad encontremos una voz colectiva de esperanza y acción, y empecemos una discusión honesta y abierta sobre este desorden común. Rétate a ti mismo/a y dile a alguien sobre tu manía de jalar o la manía de alguien más. Hasta que no podamos ser francos con nosotros mismos, no podemos ser francos con los demás.

A Christina McCoy se le puede a través de correo electrónico a través de la dirección del Grupo de Apoyo de Trico en Austin austintrich@yahoo.com.

martes, 11 de agosto de 2009

Progreso - Cheryn Salazar

Desde la edad de 12, en 1972, me he jalado mis pestañas y mis cejas. Me sentía muy sola y continuamente atormentada. Lloraba mucho cada noche, sola, asustada y llena de odio conmigo misma. Siento el dolor hoy cuando recuerdo esos sentimientos como si los tuviera en este momento. Aún lucho hoy en día con mi jalada de pestañas y cejas, pero el odio y la tortura se han desaparecido. Las capas del dolor están siendo removidas una por una, y más me está siendo relevado constantemente. Hoy me amo a mí misma. Tengo mucha paciencia en cuanto a mi recuperación. Todavía me frustro si he jalado pero hoy me doy cuenta que estoy en un proceso, y que cuando caigo en mi hábito, tengo una nueva oportunidad de aprender un poco más de quién soy y por qué es que jalo.

Alguna de las "ayudas" que recibo camino a la recuperación es el grupo de apoyo al que asisto. Saber que no estoy sola es un alivio muy grande. He estado asistiendo durante más de un año y he crecido en muchas dimensiones diferentes. Creo que cuando comencé con las reuniones de tricotilomanía es cuando comencé a curarme espiritualmente. Antes de eso comencé a trabajar en aceptarme incondicionalmente, pero estar rodeado por jaladores como yo e identifica mi experiencia de vida en cuanto a jalar el cabello con sus propias historias permitió a mi alma "saber" realmente que no era rara, extraña y tantas otras etiquetas que yo sentía y que me decían conocidos ignorantes. Todavía me sorprendo escuchar las historias que otros jaladores dicen en las reuniones. Todos ellos han sentido mi dolor, y muchos han experimentado las mismas incomodidades, por ejemplo, miedo de que mi maquillaje se caiga si nado, lloro, transpiro, me tallo los ojos, me lavo el cabello y muchas otras cosas.

He pasado muchas horas jalando; mcuho tiempo sintiéndome aislado como si fuera un fenónemno; mucho tiempoo en pánico, con miedo que alguien vaya a darse cuenta de mi "anormalidad". Hoy tengo una confianza en la cual no siento que sea extraña. No me importa si la gente nota que no tengo pestañas. De hecho, síme importa pero no baso lo que valgo en si tengo pestañas o cejas, entonces si alguien lo nota no me siento avergonzada. Me imagino el día en el que pueda salir sin maquillaje, nunca teniendo que revisar mi maquillaje y creo con todo mi corazón que será en un futuro próximo. Me estoy dando cuenta que mientras vaya a las reuniones voy a aprender más de mí y de la aflicción. Hay algo tan espiritual que pasa dentro de mí. Veo el fruto del grupo de apoyo en mi vida el día de hoy. Veo los milagros ocurriendo también a los otros en mi grupo.

Cheryn Salazar

domingo, 2 de agosto de 2009

Historia de Kristen

Yo soy una historia exitosa de Tricotilomanía. No porque ya no me jale el cabello, de hecho en este momento tengo pedazos calvos, pero porque he logrado aceptarlo y no ser torturada por las restricciones que puede afligir en nuestras vidas. He sufrico de Trico desde al menos 1ro de primaria. Comenzó inocentemente. Una amiga me dijo "si te jalas una pestaña, haz un deseo y sóplale, tu deseo se va a hacer realidad." Aparentemente yo teniá muchos deseos porque a las pestañas siguieron las cejas y en 5to de primaria comencé a jalarme el cabello.

¿Qué estaba mal con esta niña? ¿Por qué se jala sus pestañas, cejas y cabello? ¡De ninguna manera puede ser gratificante! Entonces, como tantos de nosotros, me llevaron a que me hicieran un análisis. El primer doctor me prescribió un castigo. No podía salir a jugar, directo a la cama después de la cena, quizá unas nalgadas. Obviamente esa metodología no funcionó y mis padres se sentían culpables así que regresaron a planear otra solución. Vi varios terapeutas a través de los años y ninguno tuvo éxito tratando la aflicción. En la preparatoria, mi madre y yo estuvimos de acuerdo que yo iba a ser la dueña de la aflicción, me refiero a que ella ya no la tomar la enfermedad como su responsabilidad con su hija y entonces comenzó a apoyoarme mientras yo trataba de manejarla por mí misma. Este fue un punto de partida para ambas. Ya no me sentía como una decepción o que no estaba viviendo de acuerdo a las expectativas de mi familia. Lentamente comencé a aceptar que esto era lo que yo era. Exceptuando los pedazos de calvicie y algo de habilidad maquillaje teatral (guiño), ¡era bastante normal!

¿Entonces qué es lo que me hace un éxito hoy en día? La habilidad de ser abierta y honesta sobre la aflicción y el efecto que tiene en mí. Siento fuertemente que este nivel de honestidad es un paso forzoso para lograr la recuperación. NO escondiéndose con vergüenza, sino enfrentándolo con valentía. Lo hablo abiertamente con mi esposo, mi familia y mis compañeros de trabajo. Cuando hablo de eso, me encuentro con que las personas están fascinadas por conocer más sobre eso. Y no sólo me siento mejor conmigo misma, la gente me ADMIRA. ¡Me admira por vivir con pedazos calvos en la cabeza! ¡Están locos! Bueno, probablemente no. Se requiere de una valentía tremenda para cada uno de nosotros enfrentarse a un demonio todos los días. Cada día que podemos aligerar la carga o el peso que pone en nuestros hombros es un éxito. La gente te sorprenderá. ¡Te van a ayudar a cargar si se los permites!

Tengo treinta años. Me gradué de la univerisdad de Michigan State en 1995 con un títlo en Ciencia Política. Me casé como mi maravilloso esposo en 1996 y tenemos dos hijos maravillosos, uno de 6 y otro de 4. He trabajado para AT&T por los últimos siete años. Cuando yo era ejecutiva de cuentas, estaba en el 1% más alto de la fuerza de ventas para AT&T por dos años consecutivos. Ahora soy la Gerente de Ventas y manejo a diez ejecutivos de cuentas y 30 de las cuentas más grandes en el estado de Michigan. No he ganado menos de $100,000 desde que tengo 24 años. !Oh sí.. también sufro de trico y tengo pedazos calvos y no tengo pestañas!

El éxito es hacer una limonada cuando la vida te da limones. A través del humor y compartir mi experiencia he encontrado consuelo de la culpa. Me siento como la persona más exitosa en el planeta ¡con todo y pedazos calvos!

Kristen Emerich
k.emerich@comcast.net